02 febrero 2012

El martillo de la suerte


¡Zas!, el viento arrancó una rama del árbol bajo el que se sentaba Carolina.
—¡Ay!, exclamó Carolina, miró hacia un lado y vio una rama que se había caído del árbol. Muy enfadada, cogió su libro, se marchó y empezó a caminar y a caminar hasta que se dio cuenta de que había pasado por el mismo sitio tres veces; entonces fue cuando descubrió que se había perdido. De repente cuando pensó que ya la situación era inútil, apareció un ser algo pequeño, con pantalones más grandes de lo normal y unos zapatitos, llevaba un cascabel por lo que Carolina pudo oírlo.
—¿Sabes hablar?, le preguntó la niña.
—Sí, le contestó con una voz aguda.
Carolina, sorprendida le dijo:
—¿Cómo te llamas?,
—Me llamo Num y soy un elfo carpintero.
La niña le preguntó que si vivía en el bosque, a lo que este le respondió, que exactamente vivía detrás del segundo pino. El elfo le guió hasta su aldea y la niña pudo observar que aquello, era todo un mundo. Habían elfos de todas las clases: cocineros, pintores, zapateros, en fin, una infinidad de profesiones. La niña pudo ver que Num estaba un poco triste, y le preguntó que si le había pasado algo y él le respondió que el viento se había llevado su martillo de la suerte y que no lo encontraba. Carolina empezó a pensar y se acordó de que mientras leía su libro se le había caído una rama encima y que quizás podrían construir uno los dos juntos, el elfo aceptó y Carolina se fue a buscar el trozo de madera y lo llevó a la aldea. Después de largas semanas trabajando, se vio el resultado final, había quedado estupendo, se dieron un fuerte abrazo y Carolina se fue. Num se quedó callado y pensó que a partir de aquel momento ese martillo iba a ser muy importante para él, ya que había aprendido a trabajar en equipo y porque además se había hecho amigo de una gran persona, Carolina. 


Texto: María Basterra (12 años).

3 comentarios:

  1. Muy buen relato, María, con personajes reconocibles y una historia de solidaridad y amistad.
    Sigue así, mejorando texto a texto.

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  2. Introducción del personaje en los textos. Un buen ejercicio. Tal como comenta Ana, la imagen tiene forma y la historia tiene contenido. Me gusta. Sigue trabajando el estilo que vas por buen camino.

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  3. Bien María introducción de un mundo imaginario donde describes bien al personaje y nos haces meternos en la historia. Buen ejercicio, sigue así.

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