28 febrero 2013

Mi diario


—¡Uff! Ya no puedo más— susurró mi prima.
—Tranquila –le dije— solo un último esfuerzo y terminamos por hoy, ya queda poco para que termine la jornada.
En realidad, yo también estaba muy cansada, con los dedos hechos polvo, sudando y con un dolor de piernas que ni sabía cómo estaba en pie, aunque yo siempre solía pensar que era la costumbre.
Ya llevábamos un mes trabajando de sol a sol sin descanso en aquella maldita isla apartada del mundo desde que nos capturaron aquellos hombres bajos, gordos, con muchas joyas y que tenían un pestazo a cebolla que a cien metros se les podía oler el aliento.
Por cierto, yo me llamo Sandra y tengo 13 años. Tengo el pelo marrón oscuro y unos ojos azules preciosos, son como los de mi madre.
Desde que nos capturaron, cuido de mis tres primos (Fer, Grabri y Mar), ayudándoles en lo que puedo y dando la cara por ellos.
Aquí lo que hacen es explotarnos y abusar de nosotros, cultivando y arando la tierra.
Y a partir de hoy, me gustaría que todos los niños sepan mi historia, aunque a veces sea una historia que pueda parecer que no tenga  ni pies ni cabeza (para que los adultos, si ven mi diario, no sepan que significa), espero que vosotros, que sois listos cuando queréis, os deis cuenta del significado de mis palabras.

Texto: Paloma Marínez Gortázar
2º de la ESO

21 febrero 2013

La extraña llamada. Capítulo 2


Al cabo de tres horas, otra llamada levanta a Gordon de la cama
—¡Qué no quiero una revisión de la pintura de mi casa!
—Perdone.
—Lo siento, es que he recibido una llamada muy rara esta noche… —es cortado por el interlocutor.
—Si, si, bueno, en nombre de esta empresa y yo le llamo para decirle que si ya está cansado de su cara puede operársela por un precio  especial, solo por ser usted.
—Disculpe, ¿le conozco?
—Qué importa si me conoce o si no me conoce, esta oferta no se oye todos los días. Lo que pasa es que en esta no le damos ningún regalo como la llamada anterior.
Gordon se queda callado.
—Oiga, señor.
—Eh, ¿Cómo sabe usted que en la llamada anterior me ofrecían un regalo?  Gordon fue colgando lentamente mientras el interlocutor lo intentaba  arreglar.
Gordon estuvo toda la noche dándole vueltas a la cabeza  por aquella llamada.


Texto: Andrés Urcola Pérez
2º de la ESO

19 febrero 2013

Capítulo 1


Escuché un leve ruido que hizo que me despertara, no sé si fue mi madre o algún animal pero me levantó de la cama. Todavía no me había desperezado del todo pero, sabía que me tenía que levantar rápido ya que hoy era un día especial.
Hoy iba a viajar solo en avión hasta Escocia donde me esperaría mi abuela. Había preparado todo lo necesario los días anteriores y aunque no me tenía que preocupar por nada, estaba nervioso ya que iba a ser la primera vez que viajaba en avión.
Desayuné rápido mis cereales favoritos con miel, me lavé los dientes y me cambié de ropa. Justo cuando acabé, escuché el claxon del taxi que me llevaría al aeropuerto.
Ya, a mitad de camino, sentía como cada metro recorrido hacía que me entraran más nervios.
Así pues, cuando llegué, metí la maleta y busqué cual era la puerta de mi vuelo. Esperé a que sonara por megafonía y fue cuando me subí. Busqué mi asiento y respiré hondo, tenía muchos nervios y la sensación de que algo especial iba a ocurrir en aquel viaje.

Texto: Germán Barrachina Martínez
2º de la ESO

06 febrero 2013

La extraña llamada. Capítulo 1



Todo está oscuro. En alguna parte suena un teléfono: ring, ring, ring…
—Voy —grita al aire.
El auricular es descolgado
—¿Hola?
—¡Ah hola! Nuestros asesores especializados están realizando una inspección de promoción en su barrio. ¿Le interesaría una valoración gratuita para la pintura de su casa?
—Estamos en mitad de la noche —dice, bostezando.
—De día o de noche, nosotros le ofreceremos la mejor relación con la calidad. Precio y eficacia y además le regalamos un televisor de siete pulgadas de la mejor tecnología china. Aunque tiene que pagar 300 €. Sin ningún tipo de compromiso, y sin que un solo empleado de esta amplia compañía le visite a su casa.
—¿Cómo van a evaluar mi pintura si no me visitan?
—Eh, bueno hay que ganarse a los clientes.
            Gordon, mosqueado, cuelga el auricular y vuelve a la oscuridad en la amplia noche.


Texto: Andrés Urcola Pérez
2º de la ESO

01 febrero 2013

Capítulo 1


Después de tantos largos días, llegué a aquel equipo de baloncesto por primera vez, para así poder hacer la deseada prueba de acceso y formar parte de una nueva plantilla.

Aquella misma tarde me invadían unos nervios inaguantables, sin embargo, no eran los típicos nervios traicioneros, que te bloquean, eran unos nervios que me impulsaban a coger el balón y mostrar tanto a aquel equipo como al entrenador todo lo que llevaba dentro. Por otra parte, quería dejar cerradas a tantas bocas que me habían juzgado por abandonar mi antiguo equipo, en el que había aprendido todo lo que hasta ese momento sabía.

Eran las cinco en punto de la tarde cuando comencé a vestirme y preparar la mochila de entreno. Llegué a las instalaciones deportivas y busqué la cancha de baloncesto. En primer lugar conocí al entrenador, un hombre de mediana estatura, con carácter recio, decidido y muy competitivo. Me asignó un defensor y empezó el juego, que dependiendo de mi actuación, me haría acceder al equipo, o me habría fallado a mí mismo.

Autor: José Antonio Afonso
2º ESO