23 marzo 2012

Aun sigo aquí.


Aun sigo aquí después de aquel accidente en la playa de California. Fue así:
   Estaba en la playa más conocida de mi país, hasta que se me ocurrió la estúpida idea de bañarme, entraba lentamente y localizaba una sombra a unos tres metros de mí, ¿sabéis que era? Un tiburón que perseguía a un pescado que  intentaba alejarse de semejante monstruo lo más rápido que le permitían sus pequeños aleteos.
   Corría hacia mí. Sin que yo me diera cuenta, el saltó, y me mordió en la extremidad superior derecha, intenté deshacerme de él pero cada vez sus dientes apretaban con más fuerza. Fue tan fuerte la mordedura que me quedé inconsciente. Cuando  desperté creía que era una pesadilla pero estaba equivocado, destapé las sábanas, observé muchas mordiscos y desgarres que ese animal  había hecho en mi cuerpo.
   Al día siguiente mis padres me visitaron y charlaron conmigo:
–¿Hijo, aún sigues vivo? –susurró mi madre aterrada por las heridas graves. Ese tiburón casi te devora por completo, espero que te den el alta lo más pronto posible.
–Lo único que recuerdo es que ese bicho me intentó llevar mar adentro lo más rápido que podía, no lo consiguió.
–Por cierto he traído el periódico de hoy en el que hay una cosa que te gustará-dijo mi padre
–¿Han acabado con él?- pregunté.
–Se acabó la terrorífica amenaza. No volverá a dañar a ningún otro– se alegró mi padre.
–Por fin volveré a dormir tranquilo.
Texto: Víctor Domínguez.

2 comentarios:

  1. Víctor, tu trabajo ha ido mejorando texto a texto, y este es un relato bien construido, en el que has empleado los recursos que has aprendido de una forma apropiada y efectiva.
    Sigue escribiendo y mejorando día a día.

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  2. Muy bien Victor, tus ganas de aprender se han plasmado en este relato que tiene un fondo bien pensado y una estructura que se ve trabajada. Me encantaría seguir leyéndote en letras y voces.

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